REGIÓN Los intendentes no quieren perder contra la inflación luego de un 2019 marcado por la crisis. En algunos casos incluyeron cláusulas de ajustes para aplicar aumentos durante el año.
En el Conurbano las tasas de servicios generales (ex Alumbrado Barrido y Limpieza) llegarán este año con un incremento del 45% en la mayoría de los Municipios, aunque en algunos Partidos los vecinos tendrán que pagar hasta un 60% más que en 2019.
La mayoría de los intendentes ataron el ajuste de esa tasa al ritmo de la inflación. Según explican desde los Gobiernos locales no quieren perder recaudación luego de un año en el que los precios de la economía superaron todas las estimaciones habidas y por haber.
Avellaneda será el municipio que aplicará un mayor incremento, con una suba del 60%. Aunque en el partido de Quilmes el Concejo Deliberante autorizó subas de hasta el 63%.
La intendenta, Mayra Mendoza, acordó con su antecesor Martiniano Molina que las boletas de enero lleguen con un ajuste del 48%. Pero está facultada a subir otro 15% durante el año y a implementar bonificaciones para los barrios de menores recursos.
Mientras tanto Lanús, San Fernando y Ezeiza aplicarán un aumento de hasta el 55%. El resto de los municipios subirá al menos un 40%, el nivel esperado de inflación para 2020.
En general, las votaciones estaban garantizadas por el control político que mantiene la mayoría de los jefes comunales en los HCD. La mayoría introdujo cláusulas para que la suba durante 2020 no sea inferior al índice inflacionario del INDEC.
Algunos también sumaron a la fórmula los precios de la construcción.
En Lomas de Zamora, Martín Insaurralde aplicó un ajuste del 39%, similar al municipio de Esteban Echeverría. Juan José Mussi, en Berazategui, fijó un incremento inicial que llega al 40%, pero con una cláusula que le permite aplicar un 20% adicional.
En cambio, varios municipios del oeste del Gran Buenos Aires, como Ituzaingó, José C. Paz o Moreno, aplicaron subas que no llegan al 35%, por debajo de la inflación.
Las Intendencias deben tener equilibrio en los ajustes a aplicar, porque las tasas de ABL con difíciles de cobrar y la morosidad es alta. En algunos municipios, sólo 3 de cada 10 casas paga el ABL, y como en ciertos casos hay situaciones dominiales irregulares, el trámite de cobranza es dificultoso y representa altos costos para las Intendencias.
La paradoja de la tasa de ABL en muchos distritos del conurbano profundo es que aún tienen hasta el 75% de las calles de tierra, por lo que casi el único servicio que reciben los vecinos es el alumbrado, y a veces, ni eso.
En el partido La Matanza, donde volvió a gobernar Fernando Espinosa, la suba será de apenas entre 20% y 35%. En Morón, otro dirigente que regresó, Lucas Ghi, podrá aplicar hasta el 40% en 2020. En Merlo, Gustavo Menéndez -jefe del PJ bonaerense- impulsó una suba del 45%, en la misma línea que Diego Valenzuela en Tres de Febrero.
Antes de asumir como ministro de Obras Públicas en la Nación, Gabriel Katopodis acomodó la tasa de San Martín hasta el 45%, incluyendo la posibilidad de alcanzar el 55%. En el norte del conurbano, Jorge Macri podrá aumentar hasta el 50% en Vicente López y su vecino Gustavo Posse, en San Isidro, 20% en enero y otros 15% en marzo.
En San Fernando, Juan Andreotti está facultado para subir, en las zonas más pudientes, hasta 55%, y en Tigre, Julio Zamora, el 46%. En esos distritos, la tasa de cobrabilidad del ABL llega al 80%, lo que permite una mayor capacidad de acción a los intendentes.
En los municipios de mayor poder adquisitivo, la tasa de ABL representa el 25% de los recursos, pero en los distritos más pobres no alcanza el