Tres lomenses, unidos por la colección de camisetas

Eduardo, Facundo y Mauro guardan viejas y nuevas casacas de los tres clubes locales: Banfield, Temperley y Los Andes.

Historias y gustos diversos pueden encontrar un punto en común en el mágico mundo del fútbol. Es el caso de Eduardo, Facundo y Mauro, tres vecinos que gritan goles de distintos equipos, pero comparten una pasión: coleccionar camisetas de sus clubes.

“Arranqué hace 15 años con el sueño de tener un museo propio de Banfield. Jamás vendí una camiseta. Hoy, tengo más de 300, pero una de mis preferidas es la de un amigo e ídolo de la infancia, Marcelo Benítez”, cuenta Eduardo Agustín, de 38 años, el mayor de este grupo de fanáticos.

En otra vereda, aunque con igual intensidad, se ubica Facundo Mirata. Periodista, de 29 años, que dedica gran parte de su tiempo al club que lleva el nombre de su barrio: Temperley. “Junto camisetas desde que me gusta el fútbol. Tengo muchas y de muchos clubes, pero en los últimos años me enfoqué en las de Temperley”, asegura. Su pasión se trasladará al ámbito de la literatura: tiene pensado hacer un libro sobre a

historia de la institución.

El caso de Mauro Rago (25) es similar al de sus “rivales” futbolísticos. “Algunas camisetas son regaladas y otras me las compré. Lo máximo que llegué a pagar fueron $350. Conozco otros hinchas de Los Andes que coleccionan y está bueno porque te encontrás con camisetas viejas”, cuenta. Entre sus reliquias, conserva la casaca que llevó a Primera División al club de Lomas.

A la hora del cambio de las camisetas, hay dos alternativas: cambiar o pagar. Para eso, Facebook se convierte en una herramienta clave. “Los cambios se pueden hacer por camisetas que uno quiere o que te pueden servir para otro cambio. Es como un pasamano, sin plata de por medio”, dice Facundo. En su caso, llegó a pagar $700, aunque reconoce que piden hasta $8.000 por las más vie