La Unión | SOCIEDAD

Se besó con su novio en un bar y lo echaron

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Un joven  denunció que fue echado violentamente junto a cuatro amigos de un bar de Necochea por besarse con su pareja, y que luego sufrió otra situación “horrible de homofobia” cuando quiso hacer la denuncia policial y no pudo porque el agente que lo atendió no sólo justificó a los agresores sino que terminó amenazándolo.

Fue su perfil de Facebook e Instagram el lugar elegido por Marcelo Mangini (33) -activista LGBTI y empleado del Ministerio de Trabajo de la Nación- para dar a conocer incialmente el “ataque homofóbico” sufrido el pasado domingo por la madrugada en Tom Jones Bar y luego en una comisaría de Necochea.

Tras viralizarse en las redes sociales, el caso ganó los medios y ahora el joven tiene previsto realizar una denuncia penal por discriminación y ante el Inadi.

“El sábado habíamos ido a un recital y cuando terminó decidimos ir a bailar a este bar que es un clásico. Entramos y al principio estaba todo bien. Yo estaba con un chico que había conocido en esos días cuando se acercó el dueño para llamarnos la atención. Nos dijo que dejáramos de besarnos porque 'había familias'”, agregó.

Pero luego se acercaron dos patovicas a repetir la misma advertencia, "pero ahora agregaron que había clientes molestos". "Algo ridículo porque al lado nuestro había una pareja heterosexual besándose y no pasaba nada”, agregó.

Y mientras evaluaban si se quedaban o se iban del lugar, cansados del hostigamiento, vieron pasar nuevamente al propietario del local. “Lo encaramos para que nos explique qué estaba pasando, pero no quiere hablar con nosotros y cuando se está yendo y sin mirarnos, le dijo a los patovicas 'saquen a éstos de acá'”, contó.

Lo que siguió luego es una discusión, golpes y malos tratos. “Uno nos preguntó si queríamos que nos sacaran 'por las buenas o por las malas' y no termina de decir eso, que me hace una toma para inmovilizarme y me pega dos trompadas antes de tirarme literalmente por la puerta”, dijo.

Igual suerte sufrió el chico con el que estaba, mientras que el resto de sus amigos fue escoltado al exterior.

Después de “mucho debate”, el grupo de jóvenes decidió realizar la denuncia policial, pero allí se encontraron con más hostilidad.

“El oficial nos pide usar el sentido común y nos empieza a decir que el bar era un lugar privado donde el dueño hace valer sus propias reglas y nos trata de convencer de que nosotros habíamos instigado la violencia al no acceder al pedido de retirarnos”, contó.

Ahora, Mangini planea interponer dos denuncias, por un lado “por agresión y discriminación contra el dueño del boliche” y por otra contra el policía: “Está todo en curso”.

“Vemos que la sociedad tiene un problema con visibilizar nuestra condición: está todo bien mientras no seamos visibles. Pero eso es volvernos al closet, del que me costó un montón salir y eso a esta altura de mi vida no lo voy a permitir”, concluyó.

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