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Reclaman que se retomen las obras en el complejo de torres "Estrella del Sur"

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Más de un centenar de familias que pagaron sus cuotas para acceder a una de las 924 viviendas en el complejo de torres piden que no se remate el predio que están en estado de abandono desde hace años y que desde noviembre se encuentra judicializado.

Más de un centenar de familias que desde hace ocho años pagan sus cuotas para acceder a una vivienda en el enorme complejo de torres “Estrella del Sur”, de Avellaneda, reclaman que cuanto antes “se retomen las obras” en los 924 departamentos de los que “solo se finalizó el 40%” y que “están en proceso de liquidación judicial” desde el año pasado.

Emplazado sobre la Avenida Hipólito Yrigoyen al 600, a pocos metros de la estación de ferrocarril, el proyecto inmobiliario que cuenta con cuatro torres de 27 pisos cada una es parte del paisaje cotidiano. Se transformó en algo así como el “Elefante blanco” de la zona Sur, en alusión a sus similitudes con el hospital semi-abandonado de Ciudad Oculta.

El valor del terreno más la obra construida asciende a $1.350 millones y terminarla insumiría una inversión de $1.700 millones más, pero sólo 481 departamentos siguen teniendo adherentes, según informó el Comité Desarrollador Sustituto, conformado por adherentes del fideicomiso.

Según los miembros que integran el comité, el fiduciario "Provincia Mandatos", una empresa del grupo del Banco de la Provincia de Buenos Aires (Bapro), pidió la liquidación judicial en noviembre "generando un daño irreparable a los intereses por los que debía velar", y lo hizo "de forma inconsulta y violando las decisiones de la asamblea de beneficiarios" realizada con 164 adherentes que representan 191 unidades.

"Ninguna situación de hecho o derecho justifica la decisión, dado que no existen deudas bancarias, fiscales o con proveedores y ellos siguen dispuestos a apoyar el emprendimiento" bajo un nuevo plan de obra, aseguraron.

Consultado sobre la situación, el gerente del área de legales de "Bapro Mandatos", Patricio Harte, aseguró que "mediando insuficiencia patrimonial, el fiduciario debe poner el proyecto en manos de un juez, sobre todo cuando los trabajos permanecen paralizados y sin un plan de obras vigente ni financiamiento externo".

Por su parte, Marisa Dilernia, una de las adherentes del fideicomiso, contó que tras la muerte de sus padres ella y su marido se quedaron sin lugar donde vivir, por lo que decidieron sumarse a la iniciativa, donde "aparecían muchas inmobiliarias de renombre".

La docente y madre de tres hijos pidió entonces un "préstamo personal en el Banco Galicia para el adelanto" por un departamento de tres ambientes, "y luego pagó en tiempo y forma las 48 cuotas" del plan de obra inicial.

"Nos ponía muy contentos pasar y ver cómo se levantaba de a poco el esqueleto del edificio, pero de un día para el otro ya no vi gente trabajando", agregó.

Con la obra paralizada, y habiendo completado las cuotas previstas, en 2014 "había que seguir pagando", por lo que siguió invirtiendo hasta el pasado 28 de octubre, cuando "por unanimidad decidió dejar de pagar hasta no tener garantía de que se iba a seguir construyendo".

Para Dilernia, la noticia de la liquidación significó entrar "en un pozo depresivo".

"En ese momento sentía que se iban los ahorros de toda mi vida y la ilusión de acceder a mi casa. Sé que hay casos peores, gente con nenes chiquitos que cuando terminó de pagar lloraba ante el administrador diciendo que se les vencía el alquiler de donde estaban y se quedaban en la calle", recordó.

Raúl Sánchez se unió al fideicomiso por un departamento de tres ambientes con cochera, donde viviría con su mujer. "Pagué las 36 cuotas y después, con la ilusión de que se termine, seguí poniendo dinero y ya invertí unos U$S100.000, de los cuales, si va a liquidación y se remata, sólo me van a devolver unos 20.000", dijo.

"Estrella del sur" es un fideicomiso inmobiliario creado en 2009 para la construcción al costo de un edificio de 104.000 metros cuadrados, que incluiría 718 cocheras, parque de juegos infantiles, dos piletas -una al aire libre y la otra interior climatizada--, gimnasio comunitario, sauna, guardería y jardín de infantes.

Las obras iniciaron en enero de 2010, pero dos años y medio después comenzó a notarse el desfasaje entre el ritmo de actualización de las cuotas y la inflación, que no permitiría cumplir con los plazos e incrementaría el monto de los pagos mensuales, por lo que 287 beneficiarios abandonaron el proyecto.

Entre 2014 y 2017 el plan de obras fue reformulado tres veces, pero no se pudo cumplir en ninguna de las ocasiones, por lo que a fines de noviembre Bapro Mandatos pidió la liquidación judicial del fideicomiso ante el Juzgado Nacional en lo Civil y Comercial de Primera Instancia N°12.

 

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