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Impactante puesta sobre la Revolución Francesa en el Teatro San Martín

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La Compañía Louis Brouillard de Francia presenta "Todo saldrá bien (1) Fin de Luis", una impactante puesta de cinco horas de duración donde el público asiste y participa, casi como si fuera un miembro más.

La compañía presenta en la sala Martín Coronado del Teatro San Martín, con funciones hasta el viernes, una impactante puesta de cinco horas de duración donde el público asiste y participa, casi como si fuera un miembro más, de la asamblea de los Estados Generales convocada en 1789 por Luis XVI y que fuera el ámbito que diera origen a la Declaración Universal de los Derechos del Hombre, la Revolución Francesa y la abolición de la monarquía.

Con una ruptura de la tradicional cuarta pared teatral, los actores mezclados en la platea con el público, desde donde a veces intervienen en la asamblea, aplaudidores que hacen las veces de partidarios de las distintas facciones que se expresan en el debate y el mismo público, que va tomando partido y también interviene con aplausos o comentarios en voz baja, "Todo saldrá bien" es, antes que nada, una reflexión sobre el dispositivo político, el discurso, la conformación del poder y la construcción ideológica, a partir de uno de los acontecimientos centrales de la historia occidental.

Creación de Joel Pommerat, director artístico de la compañía creada en 1990, "Todo saldrá bien" -que puede verse desde el miércoles pasado en el Teatro San Martín- tuvo estreno en septiembre de 2015 y desde entonces ofreció funciones en más de 40 ciudades francesas y también en otras como San Pablo, Amsterdam, Ottawa, Colonia (Alemania).

La obra, con un exquisito trabajo de iluminación y sonido, que van generando distintas atmósferas que a veces rehúyen del realismo para marcar el contenido dramático del momento, está representada por 14 actores que, a excepción del que interpreta a Luis XVI, toman a lo largo del desarrollo distintos personajes, interpretando cada uno tres, cuatro o cinco diferentes.

La reunión del Tercer Estado (el que representaba al pueblo y la burguesía, diferenciado de la nobleza y el clero), que luego se autoproclama en Asamblea Nacional y se da la tarea de dictar una nueva Constitución es el ámbito principal donde transcurre la obra y allí llegan los distintos sucesos (la toma de la Bastilla, el Gran Miedo) que se van encadenando en el marco del proceso revolucionario.

Las alas conservadoras, centristas y de izquierda, vinculadas con los sectores populares parisinos, así como miembros de la nobleza, el rey y María Antonieta, además del entonces ministro de Finanzas Necker, se expresan en la asamblea, cuyos miembros no están vestidos a la usanza del siglo XVIII sino con ropas actuales, así como grupos radicalizados, aparecen con fusiles y ametralladoras, y discuten también sobre la necesidad o causa de la violencia política y el terror.

"La idea de la obra es un viaje que hacemos juntos actores y público, con la idea de que la asamblea y los acontecimientos que repercuten sobre ella están sucediendo en ese momento, en tiempo presente, ese es uno de los impactos que genera sobre la platea y que da pie a distintas reacciones de la gente", cuenta Anne de Amezaga, productora general de la Compañía en charla con Télam en Buenos Aires, adonde llegó para esta puesta, ya que Pommerat se quedó en Francia ensayando una nueva obra.

"Han pasado cosas extrañas, gente que de pronto interviene, o gente en Brasil que preguntaba si la obra estaba haciendo alusión a la situación de Dilma Rousseff, o en Lyon, por ejemplo, donde toda la platea en pleno se puso de pie y aplaudió en el ingreso del rey a la Asamblea", cuenta Anne, sobre las distintas reacciones que puede suscitar una puesta que rompe algunos de los estatutos teatrales sagrados y decide incorporar al público como una necesidad dramática de su desarrollo.

Anne cuenta que si bien en esta obra recurrieron a los archivos originales de la Asamblea, Pommerat construye sus textos a partir del trabajo de ensayo e improvisación con los actores y que, en este caso, ninguno de los actores sabía durante el proceso de construcción que personaje iba a encarnar.

"El texto está escrito, totalmente, tenemos el libro, pero Joel, como método, empieza a trabajar sobre un tema, en este caso la revolución, empieza con unas notas, un hilo creativo, ciertos objetivos, cosas que se quieren decir y cosas con las que se quiere movilizar al público y a partir de ahí se proponen las improvisaciones. El escribe a partir de las improvisaciones por la mañana y por la tarde se vuelve a ensayar con los actores, y el texto se va modificando, construyendo", cuenta Anne.

"En esta obra -agrega- se utilizaron los archivos parlamentarios reales, se fijaron los hechos y los discursos y participó un historiador, fue una improvisación pero bajo ciertos lineamientos establecidos. Otra cosa particular del trabajo de Joel es que desde el principio se ensaya con la luz, el vestuario y los sonidos", elementos centrales de la puesta.

"Todo saldrá bien", dice Anne, "es una obra sobre la Revolución Francesa, pero también y acaso antes una obra sobre la forma como se construyen las ideas políticas y la ideología, si alguien no sabe absolutamente nada sobre la Revolución Francesa puede seguir todo el desarrollo sin ningún problema, porque hay también un planteamiento épico, atemporal."

Creada en 1990, la Compañía Louis Brouillard que dirige artísticamente Pommerat, ha realizado más de 15 puestas en asociación con distintos teatros franceses y europeos. El grupo teatral ya estuvo en Buenos Aires en 2004 con su segunda puesta, "Al mundo", mientras que en la actualidad, gira al mismo tiempo con tres elencos y tres obras distintas, la más emblemática, una reescritura en clave moderna de "Caperucita roja", que desde hace más de 10 años permanece en gira constante.

"A lo largo de su obra -resume Anne- Joel ha tratado siempre el tema de los vínculos, es como un antropólogo y en distintos trabajos investigó ya sea los vínculos personales, familiares o laborales, en este caso se centra en los vínculos políticos, en la manera como se va construyendo poder dentro de un grupo, en la utilización de la palab

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