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Hipertensión, el mal silencioso que hay que tratar a tiempo

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En la mayoría de los casos, la enfermedad no presenta síntomas, por eso hay muchos pacientes que no saben que la tienen y no se cuidan.

La hipertensión es una enfermedad crónica que puede ser controlada si se recurre a un tratamiento adecuado, ya que dicha problemática de la salud no tratada puede generar lesiones en distintos órganos como el corazón, arterias, riñones y la retina.

La primera de las recomendaciones es mantener un estilo de vida saludable, ligado a una buena alimentación, ejercicios aeróbicos diarios y la supresión del tabaco, que ayuda a prevenirla.

Recientemente, se conmemoró el Día Mundial de la Hipertensión (el 17 de mayo), pero aún falta información con respecto a esta enfermedad, que muchos pacientes no saben que la tienen.

“La hipertensión arterial es una patología controlable, de múltiples etiologías, que disminuye la calidad y expectativa de vida. Es más frecuente en los adultos, hombres y mujeres, aunque la prevalencia en los niños es del 1% a 3% y en adolescentes el 4,5%”, detalla la cardióloga, Mariana Cabello.

ENFERMEDAD CRÓNICA. La hipertensión es una enfermedad crónica y como tal debe ser detectada, tratada y controlada. En el 99% de los casos es de origen desconocido y se denomina hipertensión arterial esencial, el restante 1% es por causas específicas como: ciertas medicaciones, consumo excesivo de alcohol, enfermedades renales o estenosis de la arteria renal.

También se produce por trastornos endocrinológicos (cushing, feocromocitoma, hiperaldosteronismo, hipo e hipertiroidismo), síndrome de apnea de sueño o coartación de la aorta. En la mayoría de los casos no presenta síntomas y es un hallazgo cuando se la detecta en un examen médico.

En las crisis hipertensivas (donde se presentan valores muy elevados de tensión arterial) los síntomas pueden ser desde cefalea, náuseas, vómitos, confusión, alteraciones de la visión o sangrado nasal.

Es necesario recordar que la hipertensión no tratada puede generar lesiones a diferentes niveles, en los “órganos blancos”, como el corazón, las arterias, los riñones y la retina. Si bien esta enfermedad no es hereditaria, cuando existen antecedentes familiares, se considera un predictor importa

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