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Federer, un grande entre los grandes

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¿Qué se puede decir de Roger Federer que no se haya dicho? El suizo, una leyenda viviente del deporte mundial, acaba de ganar Wimbledon por octava vez y puede terminar el año como el número uno del mundo.

Roger Federer empezó a dominar el mundo del tenis el 2 de febrero de 2004 cuando alcanzó el número uno del mundo por primera vez.

El suizo ganaba todo lo que se le ponía en el camino y solo claudicaba en el polvo de ladrillo ante el mejor jugador de la historia sobre esa superficie: el español Rafael Nadal.

Sin embargo, en su época dorada, el suizo también se dio el gusto de ganar el abierto de Francia en el único año en el que no se cruzó con Nadal: 2009.

RF fue el amo y señor del deporte blanco durante cuatro años y medio hasta que lo desbancó Nadal, pero su vigencia se mantuvo y en menos de 11 meses volvió al tope del ranking casi por otro año.

Después apareció el serbio Novak Djokovic y la lucha por el 1 fue entre tres y luego se sumó el escocés Andy Murray y el mundo del tenis pasó a ser dominado por el ‘Big Four’.

Federer nunca perdió el hambre de gloria y el 9 de julio de 2012 volvió a mirar a todos desde arriba, justo después de ganar su séptimo título de Wimbledon, el 17mo. Grand Slam de su carrera.

En octubre de ese año perdió el número 1 del ranking para nunca más recuperarlo. Pero lo que nunca perdió fue el hambre de gloria y las ganas de jugar al tenis y seguir reinventándose.

A medida que su rendimiento físico iba mermando y sus rivales lo superaban en velocidad, el suizo decidió contratar a uno de los mejores voleadores de la historia, el sueco Stefan Edberg para potenciar su juego ofensivo y así evitar los largos peloteos.

Federer empezó a impactar más adelante, casi de sobrepique y entonces los rivales veían como la pelota le volvía más rápido cuanto más fuerte le pegaban.

La relación con el sueco rindió sus frutos y tras caer al octavo puesto del ranking en marzo de 2014, para fines de ese año ya estaba número dos de nuevo.

Sin embargo, una molestia en la rodilla izquierda que derivó en una operación lo alejó de los primeros planos e incluso se empezó a hablar de su retiro cuando decidió no jugar durante el segundo semestre de 2016.

Pero el suizo, uno de los grandes deportistas de la historia, volvió. En enero, cuando ya nadie lo imaginaba, ganó el abierto de Australia, en marzo sumó los Masters 1000 de Miami e Indian Wells, y este domingo acaba de obtener Wimbledon por octava vez en su carrera.

Hacía cinco años que no lo ganaba. En 2012 el premio fue alcanzar nuevamente el número uno. En 2017 el premio fue convertirse definitivamente en una leyenda viviente del deporte y ponerse en carrera para llegar a la cima otra

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