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El ultranacionalista Norbert Hofer cerró su campaña antes de las elecciones en Austria

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Cuatro semanas después del triunfo electoral de Donald Trump y cinco meses después de que el Reino Unido votara abandonar la Unión Europea, los sondeos muestran al dirigente anti inmigración Hofer cabeza a cabeza con el ecologista e independiente Alexander Van der Bellen.

El ultranacionalista austríaco Norbert Hofer cerró hoy su campaña electoral en Viena con un llamado a todos sus compatriotas a volver a sentirse "orgullosos" de su país, dos días antes de unos comicios que podrían dar a Europa su primer presidente de extrema derecha desde 1945.

En Austria, la Presidencia es un cargo mayormente protocolar, pero un triunfo de Hofer sería un gran premio para los partidos anti establishment y nacionalistas europeos justo antes de las elecciones del año próximo en Francia, Alemania y Holanda.

Además, la votación se celebrará el mismo día en que se realizará un referéndum sobre una reforma constitucional que podría derivar en la caída del primer ministro, Matteo Renzi, y desatar un vendaval político y económico en Italia, cuarta economía de Europa, y hasta una nueva crisis en la zona euro.

"Tenemos que liberarnos del viejo polvo y debemos volver a estar orgullosos de ser austríacos. Eso no significa menospreciar a otros países", dijo Hofer en un acto celebrado en la Bolsa de Viena y al que acudió toda la cúpula de su partido, el Liberal de Austria (FPO), y también cientos de periodistas de todo el mundo.

En medio de una enorme expectativa internacional, y con la inmigración y la identidad nacional como temas centrales, las elecciones del domingo en Austria repetirán la segunda vuelta de las presidenciales, de mayo pasado, invalidada por la Justicia en julio por irregularidades formales en el recuento de los votos.

En esa votación inicial, celebrada el 23 de mayo, Van der Bellen se impuso por una mínima ventaja de 31.000 votos, pero los ultranacionalistas impugnaron el resultado.

Con la invalidación de los comicios, el Tribunal Constitucional le concedió a Hofer una segunda posibilidad para convertirse en el primer presidente europeo de la extrema derecha.

En la primera vuelta, celebrada el 24 de abril, Hofer, de 45 años, salió primero, derrotando por primera vez en el periodo de posguerra a candidatos de los dos partidos de centro que dominan la política de Austria desde hace décadas.

En el cierre de campaña, Hofer se presentó hoy con un discurso suave y comprensivo en lo social aunque duro respecto a la inmigración, el tema dominante de la política austríaca tras la entrada de unos 130.000 refugiados en menos de dos años, informó la agencia de noticias EFE.

Para el ultranacionalista, los refugiados solo deben permanecer temporalmente en el país y no acceder a ayudas sociales.

"El asilo debe ser solo una protección temporal. Si la situación en los países de origen ha mejorado deben volver (a sus países). Les tenemos que dar las posibilidades y la formación para que puedan reconstruir sus países", señaló Hofer.

"Y aquellos que entran no deben tener acceso a los servicios sociales del país. Solo después de cinco años (de residencia) se debe conceder pleno acceso a ayudas sociales", concluyó en medio del frenético aplauso de sus seguidores.

Al inicio del acto, el líder del FPO, Heinz Christian Strache, presentó a Hofer como político "auténtico, honesto, cercano al pueblo y arraigado", quien será un "contrapeso al sistema político incrustado" del país.

"Ha llegado el momento para un presidente que represente realmente a los austríacos y no los intereses de los partidos", aseguró el jefe del FPO, que desde hace meses lidera las encuestas de opinión con gran ventaja.

Por su parte, Van der Bellen, arropado por numerosos intelectuales y artistas, apeló en su discurso final a votar por una Austria abierta al mundo, optimista y alejada de ideas radicales.

"Hay que decirle a la gente que no se trata de dos personas, sino de la orientación de nuestro país. ¿Queremos levantar las viejas fronteras o queremos que Austria siga siendo un miembro importante de esta Europa común?", declaró Van der Bellen entre aplausos.

Los problemas, dijo el candidato ecologista, no se van a solucionar con "radicalismo y extremismo" sino con "la razón y el sentido común", y prometió que será el "presidente de todos" para mirar con "optimismo al futuro".

"Veamos una Austria en la que valores como la decencia, la compasión, la libertad, la igualdad y los derechos humanos sean fundamentales y trabajemos juntos por un mundo mejor para nuestros hijos", solicitó a los suyos.

"Hofer dice: 'Nada ni nadie nos va a parar', y yo le digo: Nosotros los vamos a parar", aseguró Van der Bellen, que agregó: "Lo hicimos una vez y vamos a volver a hacerlo".

Una victoria de Hofer podría causar una grave crisis en el ejecutivo, formado por el partido socialdemócrata SPO y el democristiano OVP, y llevar a elecciones generales anticipadas.

Van der Bellen, de 72 años, que cuenta con el apoyo de gran parte de las elites políticas, culturales y económicas del país, cierra su campaña por la tarde con un acto en un barrio obrero de Viena.

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