La Unión | LOMAS

Conmemoraron con actividades los 30 años de la Masacre de Budge

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Hubo una exposición de los hechos y de la causa penal de la mano de actores involucrados, como también una jornada centrada en la memoria y la concientización sobre la violencia institucional.

A 30 años de la Masacre de Budge, hecho tras el que quedó instituido el 8 de mayo como el Día Nacional contra la Violencia Institucional, familiares, vecinos y funcionarios de Lomas recordaron a los fallecidos con múltiples actividades descentralizadas.

El punto central de la jornada se dio en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, donde los amigos de las víctimas, Pedro Álvarez y Silvia Álvarez, el abogado que llevó adelante el juicio contra los policías, Ciro Anicchiarico, y la periodista María Fernanda Berti, repasaron lo ocurrido y cómo se constituyó en un caso emblemático contra la violencia institucional.

“Ese año estábamos a casi cuatro años de democracia y sabíamos que seguían matando a los jóvenes y pensábamos que nos podía pasar a cualquier chico de Budge. A través de una mala denuncia se gesta esto, nunca pensamos que nos iba a pasar pero estábamos acostumbrados a estas prácticas porque tenían la costumbre militar de matar, pero lo hacían a altas horas de la noche. Ese día lo hicieron a la luz del día, a vista de todos los vecinos”, recordó Pedro Álvarez sobre el fusilamiento, en la esquina de Guaminí y Figueredo de los jóvenes Oscar Aredes (19), Willy Argañaraz (24) y Agustín Olivera (26).

Por su parte, Anicchiarico, quien llevó adelante el caso que en 1994 encarceló a los tres culpables de los asesinatos, Jorge Miño, Juan Ramón Balmaceda e Isidro Romero, valoró que “el caso de la Masacre de Bugde es un caso bisagra”. “La democracia estaba contaminada con los mismos operadores que habían actuado durante la dictadura cívico militar y el gobierno constitucional de entonces se preocupó por encarar la problemática militar, que era la más severa en aquel momento, y se dejó de lado el sistema policial”, explicó.

“Mucha gente vio lo que pasó. Se juntó el descontento con hechos anteriores, con el hecho de que vieron los asesinatos y cómo colocaron armas en los cuerpos. Eso generó el levantamiento, la barriada, un clima de explosión social que hizo que se expusiera sin miedos”, aseguró Anicchiarico.

Previamente a la exposición, el Centro Cultural Fiorito albergó una jornada de concientización en la que hubo una feria permanente, radio abierta, exposición de organizaciones sociales como Ni Una Menos, la Comisión Provincial por la Memoria y la Comisión Memoria Permanente Pozo de Banfield, entre otras; paneles de exposición entre los cuales se encontró el colectivo de La Garganta Poderosa y Libertad a Higui; e incluso una marcha hacia Figueredo y Guaminí para inaugurar un mural en memoria de las víctimas, con presencia de representantes de Madres y Abuelas de Plaza de M

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