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Con un cachetazo en el final, Los Andes le robó el triunfo a Brown

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En la última bola, Vombergar conectó de cachetada un saque de Gagliardo y amargó al Tricolor, que estaba en ventaja por un gol de García y sentía que ya tenía el triunfo servido en bandeja.

Cuando iban 45 minutos del complemento, todo parecía indicar que Brown se encaminaba a un nuevo triunfo de local y que Los Andes se volvía de Adrogué con las manos vacías.

Nada de eso pasó. El Milrayitas llevó a la práctica esa máxima que reza que los partidos no finalizan hasta que pite el árbitro y logró el empate en la última bola, ya en tiempo adicionado, con una definición de cachetada de Vombergar tras un saque de arco de Gagliardo.

Una cachetada, justamente, es lo que sintió el equipo de Pablo Vico luego del gol del Alemán, que ya lleva diez goles en el torneo. Y no es para menos. El partido parecía liquidado, con un Los Andes que no encontraba los caminos para doblegar y una defensa local que daba gran seguridad ante cada centro que metía el equipo de Aníbal Biggeri.

Sin embargo, la única falla de la zaga central fue letal: Vombergar sacó a relucir su estirpe goleadora tras el pelotazo del arquero y, a los 47 minutos, con una definición entre los dos centrales, consiguió el 1-1 final, que terminó siendo el resultado que mejor refleja lo que habían sido los 90 minutos en el estadio Lorenzo Arandilla.

Por el trámite, lo más justo era el empate Es que ninguno logró imponer una clara supremacía y el desarrollo fue bastante chato, especialmente en el primer tiempo. A pesar de ser dos equipos que priorizan el buen juego, la pelota volaba de un lado al otro.

Por eso, son contadas las situaciones de peligro en el primer tiempo: un remate de Linas dentro del área que se fue desviado y aproximaciones de Brown, pero sin demasiada peligrosidad.

El gol del local, por intermedio de García tras un buen pase de Chávez, cambió el desarrollo. Es que Brown, con la ventaja, empezó a jugar a lo que mejor sabe: aprovechar los huecos que deja el rival para explotar al máximo el desequilibrio que genera Chávez con cada una de sus apariciones. A partir de ahí, se vio lo mejor del local.

Empezó a manejar mejor la pelota, pero le faltó determinación en los últimos metros para liquidar la historia. A Los Andes, en cambio, le costó llevar a la práctica la idea estudiada y pocas veces puso en serio peligro la valla de Ríos en el complemento, salvo con dos cabezazos de García.

Las más claras, es más, llegaron en el epílogo. La primera en tiempo cumplido con un remate de Brítez Ojeda al pecho de Ríos, que luego se exigió para taparle el gol a Vivas en el rebote, y parecía darle punto final a la historia. Sin embargo, luego vino la cachetada de Vomebergar y fue emp

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