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Caso Belsunce: cotejarán el ADN de los sospechosos con el nuevo rastro hallado en la escena del crimen

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Siete sospechosos del homicidio de María Marta García Belsunce, cometido en 2002 en el country Carmel de Pilar, se someterán este lunes a una extracción de sangre para cotejar el perfil genético de cada uno de ellos con el nuevo rastro ADN hallado recientemente en la escena del crimen y con otros tres que ya constaban en el expediente.

La diligencia se realizará a partir de las 12, en la Asesoría Pericial de la ciudad de La Plata, adónde fueron citados el ex vecino Nicolás Pachelo (41); su ex esposa, Inés Dávalos Cornejo (39) y cinco ex vigiladores del Carmel: José Ramón Alejandro Ortiz, Ramón Alfredo Acosta, Víctor Hugo Contreras, Eduardo Walter Vera y Norberto Glennon.

El patrón de cada uno de los varones será cotejado con este nuevo ADN masculino que se encontró en los últimos días en un trozo de alfombra de la planta alta la casa del country Carmel y con aquellos otros dos perfiles de hombres que ya estaban incorporados en la causa.

La directora del Laboratorio de Análisis Comparativo de ADN de la Asesoría Pericial de La Plata, María Mercedes Lojo, informó que dicho perfil genético fue encontrado en una mancha de sangre levantada de uno de los dos recortes que se hicieron de la alfombra verde que cubría la planta alta de la vivienda.

"Es una sala de estar ubicada donde terminan las escaleras que suben a la planta alta y que antecede a la entrada al cuarto matrimonial. Ahí había un sillón, una mesita con un teléfono y una ventana. Allí también se recortó el pedazo de alfombra donde aparentemente está este nuevo ADN", precisó una fuente judicial.

La hipótesis de los fiscales es que el 27 de octubre de 2002, María Marta llegó y sorprendió dentro de su casa a ladrones a los que enfrentó y pudo haber lastimado antes de que la ejecutaran de seis balazos en la cabeza con un revólver calibre 32.

Por eso, Domínguez y Quintana creen que tanto la sangre de la alfombra como la de otros tres históricos perfiles de ADN -dos hombres y una mujer-, que ya estaban en la causa pero aún no se sabe a quién pertenecen, podrían ser de los autores del cri