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A 25 años del desalojo del Warnes un filme retrata la actualidad del barrio

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“La película está llena de temas, no hay un tema, lo que tratamos de lograr -cuenta Arcella- fue una multiplicidad de puntos de vista no un punto de vista unificado".

Veinticinco años después de la demolición del Albergue Warnes, el realizador Darío Arcella visita el barrio Ramón Carrillo en Villa Soldati, construido para albergar a las casi 700 familias que ocupaban el edificio abandonado de La Paternal, y arma un crudo y doloroso retrato sobre el presente en su filme “Los Relocalizados”, que mañana se estrena en cine Gaumont y comienza así una serie de exhibiciones.

En la década del 90, Arcella junto a Luis Campos filmaron el documental “Warnes Aparte”, sobre la vida en el edificio que había sido levantado en la década del 50 para construir el mayor hospital pediátrico de América Latina pero que nunca se terminó y cuya estructura vacía se transformó en el refugio y la vivienda de 700 familias, en situación de escasez y marginalidad.

“Los Relocalizados” funciona como una suerte de continuación de aquella primera pintura de los 90 y pone de relieve la realidad de los barrios de escasos recursos donde conviven el ansia de superación, con la violencia institucional, la delincuencia, la voluntad organizativa y solidaria y, sobre todo, pone de manifiesto la desidia y el interés político y administrativo de sucesivas gestiones por el destino los ciudadanos menos favorecidos y que enfrentan las condiciones de vida más precarias.

Desde aquella esperanzada mudanza del Warnes a un barrio de 700 casas nuevas y asfalto pero hechas sin una planificación adecuada y que prontamente pusieron de manifiesto una serie de graves problemas edilicios y estructurales, “Los Relocalizados” se instala en el barrio Ramón Carrillo y recoge sin mediación aparente las distintas historias que recorren el barrio en la actualidad.

“Después de 'Warnes aparte' retratamos los dos meses previos a la mudanza y el desalojo y tomamos también la implosión del Albergue y la mudanza al barrio Carrillo, levantado sobre un antiguo basural en Villa Soldati; a partir de este material surgió la pregunta sobre qué habría pasado en ese barrio 25 años después”, cuenta Arcella en charla con Télam sobre el origen del nuevo filme.

“No creo que la película sea un retrato del barrio Carrillo sino que cuenta una de las tantas historias que suceden en los barrios populares. Todas las temáticas que cruzan la película, y que tienen que ver con la inseguridad, la violencia, la lucha, el delito, pueden ocurrir en cualquier barrio de este tipo de San Martín, Quilmes o la ciudad de Buenos Aires, son historias estructurales, lo particular en este caso es que se trata de un barrio para albergar a la gente que viene del Warnes y el sello que dejó ese lugar y esa historia en el nuevo lugar”, cuenta el realizador, que en 2015 estrenó su hipnótica y extraña “La ceremonia”, un documental sobre los ritos de iniciación y adultez en la comunidad Yshir del Alto Paraguay.

Para realizar este filme, Arcella volvió al barrio Carrillo y se puso en contacto con la gente que conocía del Warnes para reinstalarse y realizó luego dos talleres: uno sobre contenidos, donde la gente contaba sus historias, y otro sobre narrativa cinematográfica.

“De algún modo decidí seguir la forma de trabajo que Fernando Meireles dice utilizó para 'Ciudad de Dios', donde él hizo un taller de teatro a lo largo de dos años sin decir que iba a hacer una película y sacó de allí un casting notable", cuenta Arcella.

“De ahí -continúa- elaboré los dos talleres: el primero al que venía gente de todas las edades a contar sus historias y que fue la base narrativa de los temas que tratamos en película y otro que fue de capacitación en narrativas cinematográficas para gente entre 15 y 30 años, algo así como un curso para aprender a hacer cine en 6 meses, del que nos quedaron tres chicos (Gladys Blanco, Celeste Lucero y Oscar Ibarra) que se pusieron la película al hombro y filmaron entre un 40 y 50 por ciento del material que se ve en el filme”.

Arcella cuenta que con ellos trabajaron temas de composición de planos, la utilización de ciertas angulaciones “sin imponer un punto de vista sino buscando aunar criterios para que no fueran tres cámaras que se mueven locas por todas partes sino buscando unificar el discurso cinematográfico”.

“La película está llena de temas, no hay un tema, lo que tratamos de lograr -cuenta Arcella- fue una multiplicidad de puntos de vista no un punto de vista unificado que vaya ordenando la narración sino que tratamos de generar un espacio de participación, tratamos de llevar el taller a la narración cinematográfica de la película, donde cada uno cuenta su historia”.

A partir de su estreno mañana en el Gaumont, la película inicia un recorrido que abarca distintas salas y ciudades y que pasan por el Cineclub Municipal Hugo del Carril (31 de mayo) y el Centro Cultural Córdoba (el 5, 6 y 7 de junio); el Espacio Incaa de Unquillo, el 2, 3 y 4 de junio; las ciudades bonaerenses de Tandil, Morón y Quilmes, La Matanza, Caseros, Zapala y Río Negro.

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